Ascienden a General a Juana Azurduy

La presidente argentina, Cristina Fernández, ascendió hoy al grado de general a Juana Azurduy, la primera mujer en ingresar al Ejército argentino y quien fue parte de las luchas contra los españoles por la independencia.
Fuentes oficiales informaron que la presidente firmó un decreto "de ascenso de grado post-mortem" a Juana Arzuduy, en una ceremonia en su despacho de la Casa de Gobierno.

EFE, 14-7-09

Biografía

Azurduy y su esposo, Manuel Ascensio Padilla, se sumaron a la Revolución de Chuquisaca que el 25 de mayo de 1809 destituyó al presidente de la Real Audiencia de Charcas, en la que tuvo protagonismo Juan Antonio Álvarez de Arenales. Ligados con las expediciones enviadas desde Buenos Aires, al mando primero de Antonio González Balcarce y luego de Manuel Belgrano, combatieron a los realistas defendiendo la zona comprendida entre Chuquisaca y las selvas que mediaban hacia Santa Cruz de la Sierra. Vio morir a sus cuatro hijos y combatió embarazada de su quinta hija.

Tras la derrota del Ejército del Norte en la batalla de Huaqui el 20 de junio de 1811, los realistas al mando de José Manuel de Goyeneche recuperaron el control del Alto Perú y las propiedades de los Padilla junto con las cosechas y sus ganados fueron confiscadas, siendo apresada Juana Azurduy y sus hijos, pero Padilla logró rescatarlos refugiándose en las alturas de Tarabuco.

En 1813 Padilla y Juana Azurduy se pusieron a las órdenes de Belgrano, nuevo jefe del Ejército del Norte, llegando a reclutar 10.000 milicianos. Durante la Batalla de Vilcapugio, Padilla y sus milicianos debieron transportar la artillería sin participar en el combate. Juana Azurduy organizó luego el "Batallón Leales" que participó en la batalla de Ayohuma el 9 de noviembre de 1813, que significó el retiro de los ejércitos argentinos del Alto Perú. A partir de ese momento Padilla y sus milicianos se dedicaron a realizar acciones guerrilleras contra los realistas.

Azurduy lideró la guerrilla que atacó el cerro de Potosí, tomándolo el 8 de marzo de 1816. Debido a su actuación, tras el triunfo logrado en el combate del Villar recibió el rango de teniente coronel por un decreto firmado por Juan Martín de Pueyrredón, Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, el 13 de agosto de 1816. Tras ello, el general Belgrano le hizo entrega simbólica de su sable.[3]

El 14 de noviembre de 1816 fue herida en la batalla de La Laguna, su marido acudió a rescatarla y en este acto fue herido de muerte.

El cambio de planes militares, que abandonó la ruta altoperuana para combatir a los realistas afincados en el Perú por vía chilena, disminuyó el apoyo logístico a la guerrilla comandada por Azurduy, que se replegó hacia el sur, uniéndose finalmente a Martín Miguel de Güemes. A la muerte de Güemes se vio reducida a la pobreza. En una carta escrita en 1830, cuando vagaba por las selvas del Chaco argentino:

"A las muy honorables juntas Provinciales: Doña Juana Azurduy, coronada con el grado de Teniente Coronel por el Supremo Poder Ejecutivo Nacional, emigrada de las provincias de Charcas, me presento y digo: Que para concitar la compasión de V. H. y llamar vuestra atención sobre mi deplorable y lastimera suerte, juzgo inútil recorrer mi historia en el curso de la Revolución.(...)Sólo el sagrado amor a la patria me ha hecho soportable la pérdida de un marido sobre cuya tumba había jurado vengar su muerte y seguir su ejemplo; mas el cielo que señala ya el término de los tiranos, mediante la invencible espada de V.E. quiso regresase a mi casa donde he encontrado disipados mis intereses y agotados todos los medios que pudieran proporcionar mi subsistencia; en fin rodeada de una numerosa familia y de una tierna hija que no tiene más patrimonio que mis lágrimas; ellas son las que ahora me revisten de una gran confianza para presentar a V.E. la funesta lámina de mis desgracias, para que teniéndolas en consideración se digne ordenar el goce de la viudedad de mi finado marido el sueldo que por mi propia graduación puede corresponderme".
Pasó varios años en Salta solicitando al gobierno boliviano, ya independiente, sus bienes confiscados. El mariscal Antonio José de Sucre le otorgó una pensión, que le fue quitada en 1857 bajo el gobierno de José María Linares. Murió indigente el día 25 de mayo de 1862 cuando estaba por cumplir 82 años y fue enterrada en una fosa común.

Su restos fueron exhumados 100 años después, para ser guardados en un mausoleo que se construyó en su homenaje en la ciudad de Sucre.

(Wikipedia)

San Martín. El cruce de los Andes

Película para televisión

5 millones de pesos, aproximadamente, fue el presupuesto total del telefilme. 6 semanas de filmación tuvo la película. 1.476 extras, en total, participaron del rodaje. 120 personas integraron el equipo técnico. 100 caballos y mulas fueron utilizados. 7 mil kilómetros fueron recorridos para elegir las locaciones. 6 meses llevó el diseño y fabricación del vestuario. 2010 será el año del estreno de la película.

De Padre de la Patria a ganador de El Gen Argentino, de masón a Libertador de América, de tapa obvia de Billiken a nombre obligado de plaza de pueblos y ciudades, la figura de José de San Martín concentra la preferencia casi unánime en el ranking de los personajes de la historia argentina.

En esa línea, Canal Encuentro, con Canal 7, el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales, TVE Televisión Española, la Gobernación de San Juan y la Universidad de San Martín finalizó el lunes el rodaje de San Martín. El cruce de los Andes, cuyo estreno está previsto para el Bicentenario, y en el que Rodrigo de la Serna se mete en la piel del Gran Capitán.

Van casi tres semanas de filmación en un paraje cercano a Tamberías, en la región de Calingasta, San Juan, y quedan aún otras tres en el predio de lo que alguna vez fue la Escuela de Mecánica de la Armada, donde se rodarán las escenas de interiores.

Pero la realización del telefilme arrancó mucho antes, con una investigación histórica encabezada por el director del filme, Leandro Ipiña, con historiadores. Sin embargo, el cineasta se aleja del documental, formato de San Martín. La batalla de San Lorenzo, primera producción de la saga, que Encuentro estrenó el año pasado. "Es una ficción histórica basada en hechos que conocemos, tratados con rigor histórico, pero que tienen un giro dramático tal que permite narrar una historia", advierte. "Libertades artísticas", agrega De la Serna, condicionadas por un marco temporal de 90 minutos, que también acotó el período histórico que abarca el relato, que va desde la previa del cruce hasta la Batalla de Chacabuco. Hombre de carne y hueso, sus logros distinguieron a San Martín del resto de sus contemporáneos, y la historia lo encaramó en un pedestal del que más de una vez se lo intentó bajar para "humanizarlo". Sin embargo, Ipiña prefiere evitar el verbo. "Cada vez que se lo aborda a San Martín es para humanizarlo. Pero si uno lee su primera gran biografía, que es la de Bartolomé Mitre, encuentra que ahí está extremadamente humanizado. Lo que nosotros buscamos es, en cambio, tratar de entender el porqué de ciertas cosas y de ciertas decisiones que tuvo que tomar", aclara Ipiña.

Un intento de abordar al prócer desde una nueva perspectiva. "En un punto, es volver a tratar de interesar a la gente en nuestra historia. Y también mostrar algunas cosas que se obviaron, algo que tiene que ver con la construcción deformada de la historia que hizo la Generación del '80.
"Es que el San Martín del Billiken se cae solo. Es una construcción muy superficial. Yo mismo, de chico, sabía que había algo más detrás de esa fachada", acuerda De la Serna, ya en Buenos Aires. No obstante, a pocos días del final del rodaje, asegura que aún no cree estar capacitado para encarnar a Don José de San Martín. "No le llego ni a los talones. Es un hombre de los que aparecen cada dos mil años" señala el actor, quien atravesó varias etapas antes de calzarse el uniforme. "Pero cuando te ponés ese traje, ya no te parás igual. Es impresionante", se entusiasma.

Clarin, 15-7-09