Semblanza de San Martín

(Un estudio del Dr. Mario Meneghini)
por José Antonio Riesco
Instituto de Teoría del Estado
Óleo de Guillermo Roux (2000)

En los últimos tiempos algunos académicos de cierto nombre (Pagni, Terragno, García Hamilton, etc.) dedicaron su pluma a desacralizar, en sentido cívico, la personalidad y la obra del general José de San Martín. Acaso con la intención de instalar la “verdad objetiva” en la conciencia de los argentinos, por un lado, o, también, para sentar plaza de originales aún a costa de cortarle los pies a los soportes históricos de la nacionalidad. Esto del revisionismo es un viejo vicio de ciertos intelectuales politizados que, sin mayor asidero científico, se esmeran por lograr mercado para sus libros, folletos y folletines.

De ahí que, con plena oportunidad, el doctor Mario Meneghini, titular del Instituto de Formación Política “Tomás Moro”, acaba de dar a luz una meritoria indagación sobre varios de los aspectos que ofrece la trayectoria del Libertador, con el legítimo afán de poner las cosas en su lugar. Con el sello de “Foro Sanmartiniano” (Córdoba, 2009, en 62 páginas) se ocupa de ciertos puntos de innegable significación para la vida y obra de San Martín y que, a la vez, permiten dilucidar la correspondiente problemática nacional. Son siete (7) capítulos, con adecuadas referencias documentales y bibliográficas, elaborados con admirable convicción y sin eludir, para nada, la temperatura polémica que les acompaña. A saber : i) Dudas y leyendas; ii) San Martín y la tradición nacional; iii) El diario de San Martín escrito por Terragno; iv) San Martín no fue masón; v) La amistad de San Martín y Belgrano; vi) San Martín y Rosas; vii) La salud de San Martín y el problema del opio.

En todos dichos tópicos se advierte en el autor la decisión de no eludir la confrontación con las tesis y versiones que, a su juicio, carecen de autenticidad. y en cada uno resalta la preocupación por lograr las necesarias bases documentales y testimoniales, y renglón seguido incorporar las reflexiones que sugieren los personajes y los acontecimientos. Y sin dejar de exhibir en los conceptos, las afirmaciones e incluso los enfoques críticos, la filiación católica que siempre se reconoció en el Dr. Meneghini. Al margen de coincidencias o diferencias, siempre califica positivamente al investigador del pasado el traer a éste al presente para vitalizarlo con su propia perspectiva doctrinaria.

Sólo como muestra –y sin excluir la importancia de los demás-- mencionamos los capítulos cuatro (“San Martín no fue masón”) y siete (La salud de San Martín”). El primero reedita la preocupación del autor por desmentir las reiteradas versiones sobre la supuesta índole “masónica” de la Logia Lautaro, de que el Libertador fue fundador en 1812 juntamente con Zapiola, Alvear, Chilavert y otros integrantes del grupo de argentinos que arribaron a Buenos Aires para empeñarse en la lucha por la independencia. El segundo contiene una muy interesante indagación sobre los problemas de salud que soportó San Martín durante toda su vida activa y más cuando su retiro; es un esfuerzo esclarecedor de mucha prolijidad junto a la opinión de testigos y médicos. En ello se destaca el tema del uso y abuso que aquél pudo haber hecho del opium (un derivado homeopático) para paliar dolores y enfermedades.

Creo, finalmente, que éste será un aporte valioso, a la vez incisivo, en una etapa argentina en que se deja ver la acción de tarascones con que desde ciertos ángulos se hace objeto a la imagen del Libertador. Y que no dejarán impune la participación del Dr. Meneghini en la batalla.-

(Prólogo y Debate, 25-11-09)